Las preocupantes cifras de contagios –o sospechas de contagio a la espera de resultado- entre el colectivo docente están generando problemas en los centros de nuestra ciudad, en alguno de los cuales el número de bajas del profesorado permite a duras penas atender al alumnado y siempre a costa de una notable sobrecarga del resto de los compañeros y compañeras que, en algunos casos, se han visto obligados a superar las cinco horas de docencia en el día.
Como caso extremo, cabe mencionar un CEIP de tres líneas en el que 16 docentes –la práctica mitad de la plantilla- están de baja médica, por lo que no es difícil imaginar la situación en la que se encuentran.
Estas circunstancias hacen pensar que las medidas recogidas en los protocolos resultan insuficientes: es incomprensible que un aula de primaria no se confine hasta tanto no se confirmen ¡tres! casos positivos entre el alumnado –postulado teórico del protocolo que no en todos los casos se está cumpliendo, ya que consta un grupo con cuatro casos confirmados y ni el docente ni el resto de compañeros han sido aislados; o que con varios casos un centro permanezca abierto –lo cual contrasta con las medidas tomadas en otros ámbitos, como Envismesa, cuyas dependencia se cierran por el contagio de cinco de sus empleados- con el consiguiente riesgo para el resto de los trabajadores; o que un docente cuyo hijo ha sido confinado por positivo de algún compañero tenga que seguir acudiendo a impartir sus clases; o que aquellos niños de los que algún conviviente esté pendiente del resultado de las pruebas siga acudiendo a clase; o grupos cuyo docente ha dado positivo no sean confinados y sigan acudiendo a clase…
Por otra parte, y por si esto fuera poco, nos refieren desde algunos centros los problemas a la hora de la salida de los alumnos, con la presencia de numerosas personas con la mascarilla incorrectamente colocada –cuando la llevan-, sin guardar distancias de seguridad, situación que pone en un compromiso a los docentes que no son la instancia encargada de velar por el cumplimiento de las normas.
Por todo ello, SATE-STEs exige a esa dirección Provincial que, de manera inmediata, adopte las medidas necesarias para velar por la seguridad de los trabajadores y trabajadoras de los centros y eviten tanto la asunción de riesgos innecesarios como el constante empeoramiento de las condiciones laborales.
Asimismo, pedimos a esa Dirección Provincial que inste a quien corresponda a velar por el cumplimiento de las normas de seguridad en el entorno de los centros educativos.